domingo, 22 de febrero de 2009

PUBLICACIÓN EN DIARIO LOS ANDES - DR. LUIS LEIVA

LOS MEXICANOS NO TIENEN LA CULPA
He leído con atención el análisis que el licenciado Esteban Onofri hace en su nota publicada en este diario el 12/02/09, en relación con la crisis financiera internacional, cuyo origen sitúa en los Estados Unidos a partir del otorgamiento de créditos hipotecarios sobre inmuebles sobrevaluados. Describe en su artículo cómo esas hipotecas fueron varias veces negociadas en los mercados internacionales, e incluso dadas como garantía por innumerables instituciones financieras para emitir bonos.

Al producirse el fenómeno de falta de pago de los tomadores de aquellos créditos hipotecarios, siendo el valor de los inmuebles muy inferior al que se les asignara ficticiamente, toda la estructura se desmoronó. Y lo que comenzó siendo una crisis financiera en los Estados Unidos se extendió rápidamente a todo el mundo.

Sin embargo, la comparación que hace el licenciado Onofri con la crisis que ocasionó la caída de los bancos de Mendoza y Previsión Social en los años '90, merece algunas aclaraciones, al menos en lo que al Banco de Mendoza se refiere.

Es cierto que la crisis financiera mexicana del año 1994 se propagó hacia otros países produciendo una crisis financiera internacional, aunque de menor magnitud que la actual (efecto tequila).

Nuestro país no quedó exento de los efectos de aquella crisis mexicana pero los bancos, tanto públicos como privados, que tenían una cartera de créditos sana pudieron reacomodarse y soportar la crisis.

No fue el caso del Banco de Mendoza. En el marco del proceso que por la caída del Banco llevé adelante en mi condición de juez federal por aquellos años, los distintos peritos que analizaron la documentación relacionada con los créditos otorgados por el Banco desde el año 1990 en adelante, llegaron a la conclusión de que la entidad bancaria se vio afectada en su liquidez y solvencia en razón de que su cartera de créditos era, en su mayoría, enferma (irrecuperable).

Esos créditos analizados por el cuerpo de peritos, que involucraban varios cientos de millones de dólares, fueron otorgados a personas y/o empresas que no estaban en condiciones de devolverlos. Pero esta última no fue una circunstancia sobreviniente sino que la imposibilidad de devolución podía y debió detectarse antes de la concesión de los préstamos, su ampliación o su refinanciación. En definitiva, los peritos concluyeron que el Banco prestó cientos de millones de dólares a personas y/o empresas a quienes nunca debió prestar, comprometiendo gravemente el patrimonio de la entidad.

De modo que aún cuando el efecto tequila pudo coadyuvar a la caída del Banco Mendoza, lo cierto es que la causa principal debe reconocerse en el mal otorgamiento de aquellos créditos millonarios que, como bien señala el licenciado Onofri, representaban tres veces más que los créditos buenos de las respectivas carteras de los bancos provinciales

Es correcto, como bien señala el licenciado Onofri, que el activo de los bancos está constituido por su cartera de crédito, y el valor de ese activo tiene directa relación con su recuperabilidad.

La mayoría de ese activo en el Banco Mendoza carecía de valor, en razón de que los tomadores de crédito no estuvieron nunca en condiciones de devolver lo que se les prestó.

Como consecuencia de aquella debacle financiera que, insisto, reconoce como causa una cartera de crédito espuria acumulada durante varios años, la Provincia de Mendoza debió hacer el salvataje del Banco absorbiendo la totalidad de esos créditos enfermos (fondo residual) y proceder luego a la privatización del mismo. Como dice el licenciado Onofri "esa es otra historia", como lo fue también la corta vida del Banco de Mendoza ya privatizado y su estrepitosa caída a principios de 1999.

Lamentablemente sí existe una gran similitud entre Mendoza 2005 (y actual) y EEUU actual (por lo menos hasta el momento de escribir esta nota): La falta de responsabilidad y castigo a los causantes de la crisis que termina siendo soportada por la ciudadanía

La historia reciente de nuestra provincia está plagada de casos de privatizaciones de las ganancias y socialización de las pérdidas.

Mientras tanto, nuestras cárceles están pobladas casi exclusivamente por ladrones de gallinas.
Nuestra joven e incipiente democracia carece o no utiliza los mecanismos institucionales y republicanos para hacer efectivo el control de la gestión de los administradores de la cosa pública y no se ejerce la rendición de cuentas ni se impone castigo a los responsables.

Los mexicanos no son los culpables de la caída de los Bancos de Mendoza ni del de Previsión Social. Somos los mendocinos y los argentinos.
Dr. Luis Leiva - Abogado (Ex-Juez Federal)
COALICIÓN CÍVICA MENDOZA

sábado, 21 de febrero de 2009

QUIERO SER FISCAL

Si queres ayudarnos a controlar las próximas elecciones, para que no haya fraude y con el objetivo de lograr que nuestro país tenga un sistema limpio de elección de representantes, entonces escribinos y nos pondremos en contacto con vos. Muchas gracias. LA IMPORTANCIA DE SER FISCAL
Los fiscales, a través de su servicio al país, aseguran la legitimidad del comicio. Esta tarea está en manos de los ciudadanos. En un solo día, quien actúa como fiscal brinda un aporte imprescindible a la comunidad: ayuda a hacer limpia la política.
Colaborá para que no se traicione la voluntad de los votantes, y así lleguen a sus cargos los realmente elegidos.

Muchos han sentido alguna vez el deseo de realizar este acto meritorio, de pensar no sólo como habitante sino como ciudadano. Ser un voluntario de la democracia y que de eso no se encarguen siempre los otros. Pero no se animaron por carecer de asesoramiento. O por creer que no tenían condiciones. Pero todo ciudadano puede ser fiscal y para ello se lo capacita y se lo orienta.
Jóvenes que hoy se inician como votantes han decidido asumir la responsabilidad de ser fiscales. Vos también tenés ahora la oportunidad de probar esa experiencia. Es por un solo día. Para no lamentarlo después por cuatro años.

Ejercer bien la responsabilidad de ser fiscal no es en beneficio de un partido. Es una acción cívica por el país.




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